EL INTERCESOR TIENE UNA MARCA
En Ezequiel 9 dice: “Después oí que Dios clamaba con fuerte voz: « ¡Acérquense, verdugos de la ciudad, cada uno con su arma destructora en la mano!» Entonces vi que por el camino de la puerta superior que da hacia el norte venían seis hombres, cada uno con un arma mortal en la mano. Con ellos venía un hombre vestido de lino, que llevaba en la cintura un estuche de escriba. Todos ellos entraron y se pararon junto al altar de bronce.